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viernes, 29 de abril de 2016

StoneRider : el niño músico que algunos tenemos adentro


¿Qué niño no tuvo sueños? ¿Qué niño no jugó con su imaginación? ¿Qué niño no se adentró en su mente para llevar sus pasiones más allá de cualquier límite? Algunos desearon ser astronautas, bomberos o deportistas, tener una familia y ser millonarios. Sin embargo, hubo algunos que deseamos ser estrellas de rock n' roll, tener un millón de instrumentos a la mano, llenar estadios, viajar por todo el mundo y grabar cientos de éxitos.

La banda nortamericana StoneRider nos regala esa ilusión en el video de su canción "Trigger happy", que aunque fue publicada originalmente en febrero de 2012 en el disco Fountains left to wake, recientemente fue presentado como antesala para su nueva producción. Con la dirección de Blake Tyers y con la idea original de Jason Krutzky, baterista del grupo, podemos ver una historia que un verdadero niño rockero podría haber imaginado.


En las imágenes que integran este video podemos ver al niño Paul McIntyre, hijo del productor de la banda, llegar en un super auto deportivo a los Killybegs Studio Recording de Atlanta, Georgia (lugar donde fue grabado el Fountains left to wake). Una vez adentro, el chamaco conecta una vieja mezcladora Tascan de cuatro canales y se dedica a grabar pista por pista todos los elementos que conforman la canción: una energética batería, un potente bajo Gibson SG y una mágica guitarra ahogada en wah y overdrive a través de un fundamental amplificador Fender.

Al igual como se hace el trabajo en un estudio de grabación, el muchacho termina de componer las líricas de la canción y las entona en los micrófonos con toda la pasión que una buena canción despierta. Un golpe suena en la puerta y al abrirla aparece un trío de greñudos que viene a recoger su solicitud: el demo creado por el niño en un sencillo cassette es entregado a StoneRider en sus manos.


"Trigger happy" es una canción de ritmo pegajoso que inmediatamente dispara contra nosotros y entra sin remedio a las neuronas. Su coro es un gancho directo a la memoria que sin lugar a dudas es difícil de soltarlo. El solo de guitarra es golpe directo de distorsión que hace separar los pies de la tierra mientras el resto de los instrumentos no dejan de marcar una melodía imposible de no seguir con los pies. Con un sabor añejo, este rock vintage es sin duda un hit necesario de rescatar del olvido donde se encuentra el día de hoy.


Esta canción, como el resto de las que componen el Fountains left to wake fueron grabadas por Matt Tanner (guitarra líder y voz), Jason Krutzky (batería) y Neil Warren (bajo) con la guía espiritual y creativa de Adam McIntyre, quien produjo y mezclo el disco, además de tocar algunos instrumentos en calidad de invitado. Sin embargo, Neil tomó la decisión de salir de la banda al poco tiempo de publicado el disco, por lo que el propio McIntyre tomó su lugar desde entonces (es por ello que podemos ver al productor en las escenas del video donde el grupo toca en vivo en el ya lejano 2012)


¿Qué podemos encontar en el sonido de StoneRider? Pues la banda es un excelente combo de rock vintage donde se respiran aromas setenteros de pop rock, blues y hasta R&B, buenas letras que logran atrapar nuestra memoria y un gran guitarrista que sabe llevarnos desde la suavidad de un sencillo acorde hasta la explosión sonora en un espectacular solo. La baraja de influencias del grupo van desde Jimi Hendrix y Led Zeppelin hasta The Hellacopters y The Black Crows, pero al final de escuchar el Fountains left to wake tenemos a una banda con un sonido propio, aunque de referencias retro sin lugar a dudas.


Apenas hace unos días se presentó Hologram, el tercer disco de la banda, pero nuevamente a tenido movimientos en su alineación. Adam McIntyre regresa a la consola y StoneRider se convierte en un cuarteto al sumar a John Pratt en el bajo eléctrico y a Noah Pine en los teclados. Con estos cambios, escuchamos un cambio en el sonido del grupo, mismos que requieren ser digeridos para los que nos enamoramos con la producción anterior. Lo que si es claro es cómo StoneRider mantiene su sabor retro, pero bajan un poco la velocidad gracias a las atmósferas creadas por los teclados, mismas que están inspiradas en el Pink Floyd setentero.

Por lo pronto, nosotros regresamos las manecillas del reloj para recordar a ese niño con lentes Ray-Ban que vive su pasión en un estudio de grabación, ese que buscó devolvernos ese primer sueño por alcanzar el éxito por el simple hecho de tomar un instrumento, conectarlo y volar hasta las estrellas gracias al poder del rock n' roll. Gracias StoneRider por llevarnos a ese instante de nuestra infancia...



miércoles, 27 de abril de 2016

“Wild ride” de BandX : otra forma de hacer un tributo a AC/DC


Hace unos días se hizo oficial el rumor que decía que Axl Rose, miembro de Guns n’ Roses, se integraba como vocalista de AC/DC con la intención de terminar su última gira mundial que promociona el disco Rock or bust. Este no es uno de los mejores momentos de la legendaria banda, ya que en los últimos meses se ha enfrentado con diversos problemas: el arresto domiciliario que cumple Phil Rudd (batería) por amenazas de muerte y posesión de drogas, la pérdida de memoria de Malcolm Young (guitarra rítmica) que le impide tocar, la pérdida de audición de Brian Johnson (voz) que le imposibilita estar en un concierto y, bueno, hasta la lesión de Axl Rose que lo tiene postrado en una silla.

La salida de Johnson tras 36 años con AC/DC provocó que se fueran barajeados diversos nombres para suplirlo: ex miembros del grupo, vocalistas de distintas bandas tributo y hasta otras estrellas reconocidas del hard rock. La decisión ya la ha tomado Angus Young, pero algunos nos preguntamos qué hubiera pasado si hubieran reclutado a alguno de los cantantes de aquellas bandas que toman de AC/DC la inspiración para subirse a un escenario, tocar frente a cientos de personas y volar los amplificadores a ritmo de su rock fuerte y directo. Aquí unos cuantas bandas que podríamos tomar en cuenta: los australianos Airbourne, los argentinos 42 Decibel, The Answer de Irlanda del Norte, Bullet de Alemania, los suecos Dynamite o los españoles ’77.


Dentro de la amplia gama de posibilidades, la memoria nos llevó a un grupo serbio que se anuncia a sí mismo simplemente como una banda tributo de AC/DC, pero que en 2010 nos regalaron un trabajo discográfico que iba más allá del homenaje a Angus Young y los suyos. Bajo el nombre de BandX encontramos a un grupo que a partir del sonido único de la banda formada en Sydney, Australia, realizaba una serie de covers a otros artistas totalmente lejanos al hard rock, como si se tratara de un disco de versiones  hecho por los propios AC/DC. Con esta idea original y un gran poder de arreglo musical, tenemos la suerte de disfrutar este Wild ride.

¿Pero quién carajos son estos tipos?

Bañada por las aguas del río Danubio, Zemun es una antigua ciudad que el día forma parte de Serbia. La mancha urbana de Belgrado se la ha tragado, pero el lugar aún conserva su identidad propia. La imponente Torre de Gardos brinda la posibilidad de admirar el horizonte mientras guarda un pedazo de historia de un espacio geográfico donde distintas culturas se ha establecido, y que por consiguiente, han alimentado y transformado este rincón balcánico: romanos, otomanos, húngaros, yugoslavos y serbios.


Es en este lugar donde se formó una banda de rock en 1996 con la intención de hacer versiones de sus bandas favoritas y comenzar un proyecto con canciones propias. Luego de diez años de distintas presentaciones, alineaciones y reuniones bajo el nombre de No comment, en 2006 los miembros del grupo decidieron darle un giro al proyecto.

Ahora con el nombre de BandX, el grupo se transformó para ser una banda tributo a AC/DC con un repertorio que incluyera canciones de Bon Scott y Brian Johnson. Gracias a su calidad interpretativa y su energía en los escenarios, tuvieron la oportunidad de tocar en grandes eventos como el BeerFest, el Rock Village, CMOK Festival y Rock Otocec en su natal Serbia y en otros países europeos.


Desde el año 2009, BandX se embarcó en un proyecto para grabar un disco donde pudieran reflejar su pasión por AC/DC, pero con un “toque” diferente. Bajo la producción musical de Srdjan Colic, el grupo se metió a los Bare Wired Studio de Belgrado para grabar su álbum debut bajo el título Wild ride. Fue así que en junio de 2010 fue publicado el disco por medio del sello independiente Ammonite Records, pero gracias al poder del internet y sus distintas plataformas electrónicas,  la propuesta de la banda tuvo la oportunidad de salir más allá de las fronteras de Serbia.

Desde el momento de la grabación de esta placa, el grupo está conformado por Darko Stefulj en el bajo eléctrico, Igor Skoro en la batería, Darko Vukotic en la guitarra principal, Dragon Telalovic en la guitarra rítmica y Milan Ztvadinovic en la voz. Utilizando la imagen de Angus Young y de Brian Johnson, BandX llama la atención de quien se encuentra con ellos en alguna presentación, pero es su forma de interpretar el sonido de AC/DC y las canciones que tocan lo que provoca que el grupo no sea más que un simple grupo tributo.


El concepto

Wild ride tiene una idea muy sencilla en su concepción: interpretar covers de artistas lejanos al hard rock a través de las estructuras musicales de AC/DC. Es así que podemos escuchar clásicos del pop, el reggae y el rhythm and blues transformados en poderosas melodías de alto octanaje y rock n’ roll desenfrenado. El eterno e identificable sonido de los Young y su banda es utilizado como medio para acercarse a clásicos de la historia de la música, estableciendo así un puente de comunicación entre el mundo del rock y el gran universo que han creando los diferentes géneros musicales.

BandX coloca en una misma bolsa a artistas tan distantes que sería imposible escuchar en una misma placa, desde ABBA hasta Bestie Boys pasando por James Brown. A pesar de ello, tomar el estilo de AC/DC permite tener una unidad en el disco sin que ello signifique tener una colección de temas idénticos de principio a fin. Los ritmos cortantes de las guitarras invaden los diez temas que conforman el disco, mismos que te transportarán hacia aquella dimensión que los hermanos Young patentaron.


Si eres fan de la banda nacida en Sydney, seguramente te gustará el disco, porque en él encontrarás ritmos que te moverán la patita forzosamente, coros memorables que terminarás cantando al unísono con la banda, solos de guitarra espectaculares y una voz que irremediablemente nos harán extrañar a Bon Scott y a Brian Johnson. En otras palabras, Wild ride es como si escucháramos un disco de covers hecho por el propio AC/DC, haciéndonos olvidar que está hecho por un grupo tributo de Serbia… ¡así de buenos son estos muchachos!


Canción por canción

Do ya think I’m sexy: este es el éxito discotequero de Rod Stewart que compuso en 1978 con el tecladista Duane Hitchings y Carmine Appice, quien fuera baterista de Vanilla Fudge y Cactus, pero que tuvo una demanda por plagio de parte del cantautor brasileño Jorge Ben Jor por “tomar prestado” el coro de su “Taj Mahal”. La canción narra la historia de dos chicos nerviosos que se conocen en un salón de baile, y tras algunos momentos de nervios, deciden pasar una noche de sexo. Sin embargo, BandX abre su disco con una transformación radical del himno dance rock setentero, pues deja que los acordes de guitarra golpeen para cambiar el sentido de la melodía hacia un hard rock y mutando la rasposa pero melosa voz de Rod Stewart en una cruda solicitud de sexo por parte Milan Ztvadinovic. El solo de guitarra de Darko Vukotic logra hacernos despegar los pies con sus escalas distorsionadas por el alto volumen del amplificador.


Versión original: Rod Stewart


I feel good: ésta es La Canción de James Brown, la frontera entre el soul y funk, el himno para aquellos que buscan despertar con una sonrisa en el rostro. Un acorde entrecortado se repite mientras que la melodía en entonado por una guitarra que araña sus cuerdas insistentemente. El hard rock se adueña del espacio y nos olvidamos por un segundo del conjunto de metales que identifican a este clásico de los años 60. Nuestros pies golpearan el piso con un rock n´roll seco y directo sin más elementos que guitarras, bajo y batería tocando al unísono.


Versión original: James Brown


Nutbush City limits: último sencillo escrito por la paraja Ike & Tina Turner publicado en 1973 donde el ritmo rock n’ boogie rescatado por Mark Bolan de T. Rex se respira en cada nota, lo que generó la leyenda de que su guitarra es la que se escucha en la grabación, hecho que no ha sido aclarado por Gloria Jones, quien fuera corista de los Turner en los 60 y esposa de Bolan en los 70. La canción habla sobre Nutbush, Tennessee, pequeño lugar rural donde nació la reina ácida y que es conocido por ser un poblado donde cruza la carretera estatal Ruta 19. La velocidad es reducida unas cuantas millas por hora en la versión de BandX para aterrizarla en los senderos conocidos de AC/DC patentados por la guitarra rítmica de Malcolm Young, pero sería bueno recordar que esta canción junto con “Whole lotta Rossie” fueron interpretadas por Brian Johnson en su audición para entrar a AC/DC en sustitución del fallecido Bon Scott. El famoso solo de sintetizador de la versión original es sustituido por un buen solo de guitarra de Darko Vukotic con toda la escuela de Angus Young.


Versión original: Ike & Tina Turner



Mamma Mia: uno de los singles de mayor éxito de la banda sueca de pop ABBA, alcanzando el número 1° en muchas partes de Europa y en México. Este tema de sabor discotequero y arreglos de cuerdas al estilo de Electric Light Orchestra forma parte del tercer álbum del grupo y de su título nace el nombre de la obra musical basada en sus canciones. Esta rola habla de la decepción amorosa de una mujer quien termina contándole a su pareja la indecisión que tiene sobre abandonarlo o no. BandX utiliza completamente la lírica original, cambiandola solamente al género masculino. Darko hace a un lado el riff original de guitarra de Björn Ulvaeus y la básica figura de piano de Benny Andersson para sustituírlo por acordes sueltos y arreglos muy al estilo clásico de Angus Young de “jalar” las cuerdas de manera cortada e insistente que marcan la melodía de la canción. El solo de guitarra de esta versión está hecho por Dragi Jelic, vocalista de la banda YU Grupa, uno de los grupos más importantes y longevos de rock serbio, conocidos por mezclar el rock occidental con elementos de la música tradicional balcánica. La canción cuenta con un video hecho por el director Igor Plemic donde vemos a la banda tocando mientras que el vocalista Milan Ztvadinovic es acompañado por dos bellas modelos.


Versión original: ABBA


(You gotta) Fight for your rights: la banda norteamericana de hip hop Beastie Boys lanzaron esta rola para promocionar su álbum debut Licensed to III, convirtiéndose en un éxito gracias a su mezcla de rap con guitarras metaleras muy en la estética del glam rock de los ochentas, además de su famoso video de los nerds haciendo una fiesta en su departamento y la batalla de pastelazos. Bandx elimina el spray y los estoperoles para cambiarlo por chamarras de mezclilla y motocicletas a punta de guitarrazos que respetan el riff original. Canción obligada para cantarla a coro con la banda hasta desgañitarse.


Versión original: Beastie Boys



Land Downunder: clásico ochentero de la banda australiana de rock pop Men at Work, la cual se distingue por su ritmo reggae blanco y la flauta de su inconfundible inicio. Irónicamente, Men at Work tiene una coincidencia con AC/DC, ya que ambas agrupaciones están formadas por inmigrantes de Escocia radicados en Australia y que tuvieron un gran éxito en los Estados Unidos. Para la versión que hace BandX, el grupo baja la velocidad para convertir la canción en un hard blues muy al estilo del AC/DC de sus primeros años como en canciones como “The Jack” o “Little lover”, demostrándonos el dominio que tiene el grupo sobre todo el abanico rítmico creado por los hermanos Young.


Versión original: Men at work


Iron Lion Zion: canción reggae escrita por Bob Marley entre 1973 y 1974 en la época de rompimiento con The Wailers y que fue publicada de manera póstuma en 1992 como single en una versión más rápida de la grabación original. Esta rola está inspirada en la filosofía rastafari, donde se habla del León de Judá, símbolo del nacimiento del pueblo etíope y representación del Rey Haile Selassie, primer monarca de raza negra que gobernó un estado independiente y que los rastafaris tomaron como “mesías” al tomarlo como un “profeta de la liberación”. La versión conocida de esta canción es aquella que tiene teclados sincopados y arreglos de trompetas que marcan su fuerte figura principal muy al estilo que retomarían bandas como The Clash o Los Fabulosos Cadillacs, misma que fue tomada por BandX para hacer su cover. Las figuras de los metales son sustituidos por la guitarra eléctrica, dando paso al eterno ritmo boggie de AC/DC; pero quizá lo que más vale la pena de esta versión es como Milan Ztvadinovic juega con su voz para que imaginemos a Bon Scott alternando con Brian Johnson en una misma grabación.


Versión original: Bob Marley


I got you babe: esta fue la primera canción que publicó el dueto Sonny and Cher, misma que les sirvió para colocarse en el estrellato a partir de 1965. Esta canción es muy conocida por los arreglos de clarinete que hacen contraparte a la melodía cantada por la pareja, el aire folk inspirado por Bob Dylan o Peter, Paul & Mary, y además de servir como arranque del movimiento hippie en la música pop junto con “San Francisco” de Scott McKenzie. Sin embargo, BandX quita la miel y la melcocha del “amor bonito” a punta de guitarrazos directos y gemidos agudos, un poderoso bajo contante y una batería que no frena ni un segundo de golpear sus tambores. Mención aparte merece el solo de guitarra Darko Vukotic, quien se luce resbalando sus dedos sobre las cuerdas de acero.


Versión original: Sonny & Cher


Mustang Sally: esta es unas de las más exitosas composiciones escrita por el cantautor Bonny “Mack” Rice, pero que fue muy conocida en voz de Wilson Pickett en 1966 y en una versión pop hecha por el grupo Young Rascals. Esta rola se habla sobre una broma hecha a la cantante Della Reese por su fuerte deseo de comprarse un Ford Mustang, por lo que se llamó originalmente “Mustang mama”, pero a sugerencia de la gran cantante Aretha Frankin, se le cambió al título que conocemos ahora. Los serbios hacen en su cover que el rock n’ roll agresivo de guitarras con alto volumen y golpe en el mástil se adueñe del rhythm and blues de la versión original, haciéndola casi irreconocible. BandX invita para la grabación de esta canción a el guitarrista Aleksandar Randelovic y a Milos Filipovic para que inunde los últimos segundos con gaitas de obvia referencia escocesa.


Versión más famosa: Wilson Pickett



Wild ride: una canción original de la banda, la cual está hecha bajo los cánones establecidos por AC/DC. Los dedos golpean el mástil de la guitarra para marcar la melodía, la cual termina siendo seguida por un ritmo machacante de acordes secos y una batería que no frena en su marcha. El bajo mantiene el tiempo y la voz de Milan Ztvadinovic nos entona una canción sobre una tierra de rock n’ roll que hace referencia al mundo de los motociclistas: la carretera, la sensación de libertad y el himno “Born to be wild”. Para su video promocional, podemos ver a los bikers sobre el camino y a los propios miembros de BandX montados sobre sus caballos de acero.



Este es Wild ride, un disco que quizá nunca se animarían hacer los propios AC/DC, pero que agradecemos a BandX que se arriesgaran a trabajarlo, y mucho más, a compartirlo con el mundo. Sólo nos queda una cosa que hacer: levantar la mano cornuta y mover nuestra patita al tiempo del contagioso ritmo de las guitarras…


lunes, 25 de abril de 2016

Dead Lord : una historia que se vuelve a repetir


Ya habían logrado llamar la atención de los amantes del hard rock y de los sonidos vintage de los años setentas con su Goodbye repentance de 2013. Aquel estilo de guitarras directas del agitado rock pop de The Hellacopters en mezcla perfecta con las estructuras melódicas de Thin Lizzy funcionaron en su momento, ahora era el momento de perfeccionarlo para alcanzar nuevos niveles y presentarlo a nuevas audiencias. Este es el nuevo golpe de los suecos Dead Lord.

Conformados en 2012 alrededor del vocalista, guitarrista y compositor Hakim Krim en su natal Estocolmo, la banda logró con jalar los reflectores gracias a su álbum debut y sencillos como "No prayers can help you now" o "Hammer to the heart". Con la intención de consolidarse, Dead Lord se metió a grabar en el Honk Palace y en el mítico Studio Gröndahl su segunda placa, material que tendría la obligación de confirmar a la banda como una de las más importantes de Suecia dentro el concepto del "hard rock".


Como compañeros de fórmula de Krim encontramos a Olle Hendenström,  guitarrista con quien construye el sonido distintivo de la banda, mismo que está inspirado en clásicas bandas como Thin Lizzy, Uriah Heep, Blue Öyster Cult, UFO, Scorpions y hasta el primer Iron Maiden. Así mismo tenemos al baterista Adam Lindmark, músico de gran fuerza e imaginación tras los tambores, energía necesaria para fortalecer las melodías y ritmos creados por los guitarristas de la banda.

En su disco debut, Dead Lord tuvo como bajista a Tobias Lindkvist, quien abandonó a la banda al termino de la gira promocional del mismo. Fue entonces que Krim se decidió por invitar a Martin Nordin, amigo de su infancia que entendía a la perfección los conceptos musicales del líder del grupo.


Para su segunda producción Dead Lord se acercó a uno de sus ídolos para que pusiera su "toque" dentro del sonido ya conformado por el grupo. Fue así que entraron a los estudios de grabación con Nicke Andersson, guitarrista y vocalista de The Hellacopters, leyenda del hard rock sueco desde los años noventas. Por si fuera poco, como mancuerna técnica, Nicke trabajó con Ola Ersfjord como ingeniero de sonido, además de mezclar el material.

Tras el arduo trabajo de composición, grabación y producción, finalmente la banda presentó en agosto de 2015 su segunda placa, la cual lleva por nombre Heads heald high y que es distribuida por Century Media Records. Gracias a la promoción de este material, Dead Lord ha tenido la oportunidad de tocar junto con los islandeses de The Vintage Caravan y con Imperial State Electric, la actual bada de Nicke Andersson tras la disolución de The Hellacopters.


Para primer sencillo de esta placa se publicó "When history repeats itself", una rola de buena velocidad y guitarras cortantes que sirven como prueba de la consolidación sonora de la banda. La batería golpea los tambores con si intentara crear un llamado de guerra, dando pie a un bajo directo que sin duda marca el ritmo sin freno y sin medida. Las guitarras se encuentran y pelean entre sí, se baten a duelo e irremediablemente terminan cantando en una misma voz que se repite una y otra vez.

Hakim Krim compuso esta rola luego de leer en los medios una noticia sobre el conflicto árabe-judío en lo que actualmente conocemos como Palestina. A su mente le vino la ya vieja idea de que la historia es cíclica, que se repite a sí misma sin que el hombre aprenda sus errores. La codicia y el deseo de poder lleva a los pueblos y a las naciones a entrar en conflicto una y otra vez sin que se establezca el mínimo de razón entre las partes. Como persona atea, Krim está interesado por los enfrentamientos derivados por la religión, intenta entrar en la mente de los fanáticos y seguidores para comprender las razones que los llevan a golpear, violentar y matar a otro por el simple hecho de tener otra creencia espiritual. Política, guerra y religión como razón del conflicto entre las razas. Pensamientos, intereses y creencias como razón del enfrentamiento entre los hombres.


Con paso sigiloso, entramos cubiertos con el manto de la noche para observar el juego que cuatro hombres realizan a la luz de las velas. Un tablero de Risk se encuentra en la mesa, un duelo de estrategia que busca derrotar al enemigo. Unos dados y unos vasos de alcohol completan la escena, compañeros ideales para tentar a la suerte y enfrentar a la muerte. Las trampas y los engaños fácilmente pueden encender los ánimos, aunque bien sabemos que siempre existirá la posibilidad de encontrar la revancha.



"Las ideas de la superstición se enfatizan sin piedad,
 obsoletas creencias que descansan sobre las miradas estrechas.
Como ha sido durante siglos, la sangre caerá como la lluvia
teniendo por delante senderos de muerte...
así es como la historia se repite así misma otra vez"


viernes, 22 de abril de 2016

Doctor Doom : la muerte como semilla para la vida


Una reverberación se escucha omnipresente, misteriosa, poderosa. Una melodía obscura se abre paso entre las tinieblas sonoras como si se tratara de una propuesta más dentro del amplio panorama del rock lúgubre que ha invadido el ambiente musical. Sin embargo, unos cuantos segundos más bastan para darnos cuenta de nuestro error, pero más allá de convertirse en una decepción, la equivocación se convierte en un gran descubrimiento, un feliz hallazgo que nos trasporta hacia aquel viejo rock que pocos grupos han podido volver a interpretar.

Aunque el nombre de la banda se debate entre aquel personaje maligno de Marvel Comics y aquella senda obscura que el hard rock tomó a principios de los años setentas para hablar de condena, maldad y muerte, la sorpresa que nos asalta al bajar la aguja sobre el vinil es inevitable. Por si fuera poco, un par de sombras simétricas en la portada nos obligan a esperar una colección de temas tétricos llenos de demonios, fantasmas y brujas danzando alrededor de una hoguera en pleno aquelarre, pero este disco es mucho más que eso…


Doctor Doom llegó por un golpe del destino a nuestros oídos y es momento de escribir sobre ellos y su gran disco debut. Estamos frente a una banda que ofrece obscuridad y luz, fuerza y suavidad, un puente de entendimiento entre elementos contradictorios pero que a la vez se complementan, un lugar de encuentro entre el hard blues, el pop psicodélico, el rock progresivo y el hard rock. Vida y muerte en un mismo sendero, mientras la música nos muestra lo sinuoso que puede resultar su recorrido.

¿Pero quién carajos son estos tipos?

Pamiers, Francia en un pequeño lugar en medio de los Pirineos, un pueblo antiguo de reconocido pasado medieval, iglesias espectaculares y canales  bañados por el río Ariège. Lejos de lo que podría ser el bullicio de una zona urbana, moderna y globalizada, Pamiers vió nacer a una nueva banda de rock vintage que a la postre se unió a la escena emergente francesa de grupos que han recuperado el gusto por aquellos sonidos viejos, análogos y profundos.

La historia comienza con el encuentro entre Jean-Laurent Pasquet y Jeremie Delattre, chicos que se juntaron en 2011 para tocar covers de los éxitos de las bandas de finales de los 60 y principios de los 70. Su pasatiempo los llevó a poco a poco a formalizar la banda y a componer material original a partir de sus gustos musicales.


Jean-Laurent Pasquet es el vocalista de la banda y tiene en su poder la guitarra rítmica. Su voz media es acompañada de ecos en el estudio para dotarle de mayor intensidad, pero este detalle es suplido por las mágicas líricas que construye a partir del concepto musical que compone el grupo.

Jeremie Delattre es el guitarrista principal y quien acompaña a Jean-Laurent en los coros. Su suave guitarra heredera del jazz recrea pasajes sonoros etéreos, que más que riffs, construye ambientes que sirve de telón de fondo a las composiciones.


Una vez iniciado el proyecto, a la pareja de guitarristas se les unió el bajista Sebastien Boutin Blomfield, joven de larga cabellera rubia quien además de su calidad en las cuatro cuerdas, es el tecladista del grupo y es ingeniero de sonido, cualidad que fue aprovechada por la banda para que él mismo realizara el trabajo de grabación y mezcla de todo lo que ha publicado Doctor Doom.


Finalmente, tras probar a varios bateristas, en septiembre de 2013  presentaron a Michel “Mitch” Marcq, músico exacto de gran imaginación que ha sabido adaptarse a las exigencias de una banda que juega con los matices y caleidoscopios musicales, que crea paisajes sónicos en reto directo al oyente experimentado, que logra equilibrar habilidad interpretativa, intensidad rítmica y enigmáticas letras.


Una vez que se conformaron como banda, Doctor Doom se dio a la tarea de componer material propio, mismo que fue presentado en mayo de 2013 un pequeño EP de tres canciones llamado Doomo, placa en la cual participó como baterista Olivier Goirand. En dicha producción podemos escuchar canciones como “The sun”, “Relax, you’re dead” y “Stuck in the past”, tracks que quedaron registradas en calidad de “demo” pero que ahora se han convertido en obligatorias dentro del repertorio del grupo.

Gracias a la recepción que tuvo esta grabación entre el público y los críticos especializados, Doctor Doom comenzó a crear una gran expectativa alrededor de ellos, lo que los llevó a presentar dos sencillos como forma de saciar la sed por tener material de la banda, pero otorgando a la vez el espacio suficiente al grupo para trabajar con la mayor paciencia posible lo que sería su álbum debut. Es así que en marzo de 2014 se publicó Lives (con una versión en vivo de “Stuck in the past”) y en mayo de 2015 DoctoR DooM 7” (single que presentaba “So jinxed” en una cara y “Wicked woman”, un cover a la mítica banda Coven en el lado b).


En julio de 2015 pudimos tener entre las manos el This seed we have sown, primer disco completo de la banda que fue publicado a través de dos disqueras reconocidas dentro del mundo roquero: STB Records y Ripple Music. Gracias al contacto con estas firmas, el trabajo de producción realizado por Sebastien Boutin Blomfield para el álbum fue genialmente terminado con la masterización del material por Tony Reed, guitarrista y vocalista de la banda norteamericana Mos Generator. Gracias a ello, la calidad de sonido del disco es genial, logrando resaltar cada instrumento y haciendo una experiencia única el escuchar la placa.

El concepto

El álbum debut de Doctor Doom no es sólo una colección de temas sueltos, una conjunción de sencillos previamente lanzados y reunidos en una sola producción. This seed we have sown es un álbum con una misma idea en cada pista que nos presenta: la muerte está siempre rondando al hombre, es su destino irremediable, impostergable e irrenunciable. Lo único de lo que puede estar seguro es de su muerte, así que lo único que le queda es enfrentarse con la eterna angustia de saber que ella le espera a cada paso, a cada decisión, a cada instante.


This seed we have sown es la respuesta del hombre consciente que pone en duda todo lo que está más allá del final de los días. Es un rompimiento con la religión, con las creencias y con la sociedad que acepta fábulas que sólo intentan mitigar el miedo y la desesperación de una vida sin sentido. Es un intento por salir de la masa y regresar a lo esencial del individuo. Es un hombre que ha enfrentado a la muerte y que lo hace entender que debe romper las cadenas del pasado y las ilusiones del futuro para ubicarse en un amargo presente de lucha eterna con el riesgo, la incertidumbre y la nada.

Pero Doctor Doom va más allá, pues al encumbrar al hombre enfrentado con la muerte, termina realizando una crítica muy fuerte a quienes no lo han hecho, y peor aún, a quienes prefieren tapar el sol con un dedo y vivir esperanzados con la promesa de un “más allá”. Al quebrar la idea de un futuro, la banda encara a todo aquel que desea seguir creyendo en él, a todo aquel que quiere seguir engañado y busca convencer a los demás con su mentira. Sin embargo, el grupo no se preocupa por ello, porque bien sabe que llorar y sufrir no servirá de nada, el destino está trazado y no hay nada que se pueda cambiar.


La música que acompaña a estas difíciles líricas de reflexión interna sobre la muerte y la forma cómo el hombre y su sociedad se enfrenta a ello, termina cayendo también en la dicotomía, en la disyuntiva y en la contradicción. Muchos de los riff del disco son directos herederos de los primeros momentos del hard rock y el doom setentero, pero la suavidad de los instrumentos, los finos arreglos herederos del rock progresivo y el jazz, además de la matizada voz de Jean-Laurent Pasquet, intentan hacernos entender que hagamos lo que hagamos, todo está escrito. No es necesario explotar y desgañitarse ante lo irremediable, así que sólo es necesario dejar que la muerte nos llegue con su dulce y delicado toque.

Canción por canción

The sun: Odin, voy a morir y no le tengo miedo a la obscuridad. Dioses de la tierra, por favor recuérdenme. Maestro de la montaña y espíritu del mar, denme la fuerza para subir esta colina mientras mi sangre se derrama. Este es el Norte y su helada mordida, esta es la isla y el lugar donde el fuego conoce al hielo, donde sólo se escucha a los lobos aullar. A lo lejos puedo ver cómo el sol quema mis ojos, como alivia mi mente… Un paso aletargado, un arrastrar de cadenas en un camino congelado, una densa neblina que se posa sobre un obscuro océano. De la nada surge un rock de ritmo marcado que ilumina el camino. Una cascada de notas en los arreglos musicales y un delicioso piano sincopado terminan de rematar la obra. El recuerdo a los primeros pasos del lúgubre doom en mezcla con aquel rock progresivo de insistentes escalas que suben y bajan, nos llevan a un sueño vintage de líricas que hablan sobre antiguas deidades nórdicas y el místico paso de una vida terrenal a otra divina.


Abso-fuckin’-lutely: Todavía no puedo creer en las cosas que he escuchado, pero ahora todo es claro. Existen personas que no saben diferenciar entre el amor, el odio y las simples excusas ¿Puedes escuchar cómo se ríe Satán sobre nuestras tumbas? ¡Vete de mi camino!¿Qué quieres de mí? Cuando me derrumbo intento ver las nubes para encontrar oro. Estoy harto de quebrarme a mí mismo, así que tendrás que seguir tu camino sin mí… Una variedad de escalas nos dan la bienvenida hasta que la melodía se convierte en un suave doom donde la batería se lleva los aplausos con el juego de su pedal doble. Un ligero teclado acompaña las frases para crear un ambiente retro sesentero, líricas que buscan separar al nuevo individuo del resto. El solo de guitarra de Jeremie Delattre es un ejemplo de lo que se debe hacer con las escalas pentatónicas sin la necesidad de romper las bocinas con la fuerza o la estridencia.

Stuck in the past: Observa el espejo y entra dentro de ti mismo sin tomar en cuenta las consecuencias. Observa a través del espejo y mira a los demás. Cada mentira quema una parte de tu alma hasta que te conviertes en un fantasma. Esta es la semilla que has sembrado, una realidad que sorprende a tu ciega conciencia. Vivir y morir no es tan fácil si estás atrapado en el pasado… Melodía clavada en ese primer doom de los años setentas, misma que no termina de convertirse en un clásico del género porque sus instrumentos no tienen un solo gramo de distorsión. La ironía de la estructura de la canción y lo terso de su sonido la convierten en delicioso tesoro sonoro que en lugar de recordarnos a Black Sabbath o Deep Purple, nos lleva directamente al recuerdo de los teclados “soft” de Rod Argent de The Zombies o de Ray Manzarek de The Doors.


So Jinxed: Tan solo en la multitud y aun me pregunto por qué estoy aquí. Soy un extraño en la tierra de la nada que trata de salvar su orgullo, un mundo de fuego que quema las libertades. Sin embargo, debo entender que todo lo que pasa es porque estamos encerrados dentro de nosotros mismos. Esto es lo más bajo de mi estado de ánimo, pero un lugar en el infierno es mucho mejor que estar en su mundo de idiotas. No importa quién pienses que eres, pero yo no soy como tú… Agitada melodía ahogada en una tormenta de notas originada en su riff inicial. Rola que acusa totalmente la escuela sueca de la bandas vintage como Graveyard y Witchcraft, pero que al final encuentra su personalidad con los detalles “progresivos”, los remates de batería de “Mitch” Marcq y el juego vocal de Jean-Laurent Pasquet. Vale la pena resaltar el gran solo de guitarras gemelas, mismas que nos hacen descubrir cierta influencia de bandas como Wishbone Ash o Thin Lizzy en Doctor Doom. Hasta este momento, este canto para ahuyentar la mala fortuna y la mala suerte es el único sencillo del This seed we have sown, para el cual se lanzó un video promocional hecho por David Costanzo donde podemos ver a Doctor Doom tocando al aire libre mientras observamos un Corvette clásico y un Ford Capri quemar sus llantas en el asfalto.


Relax you’re dead: Casi condenado, mi alma se vuelve obscura, pero aún así no esperaré el día del Juicio Final. Me quieres hacer creer en Dios, pero yo digo que es momento de derribar aquel muro de hecho con mentiras. Te ves en pleno cielo, ¿pero acaso no escuchas las campanas del infierno que suenan por ti? ¿Qué has hecho? Sólo te has escondido tras aquellos cuentos de hadas y falsos dioses, un esfuerzo que ha sido en vano. Sólo te digo una cosa, no olvides que desde este momento ya estás muerto… La batería marca el ritmo que da la bienvenida a una melodía suave, pero que en sus figuras se respira una ansiedad, una inquietante idea que siembra duda. En algunos momentos, los riffs de la rola encuentran su inspiración en algunas estructuras melódicas de Thin Lizzy y, ¿por qué no?, hasta del propio Iron Maiden. El duelo de guitarras al final de ésta se convierte en una maravilla para el oído, pues su estructura permite un encuentro más allá de la improvisación sobre un círculo descendente de notas muy al estilo del “Heartbreaker” de Gran Funk Railroad. La letra de esta canción es una fuerte crítica a la existencia de un mundo inmaterial y metafísico, reduciendo todo a un punto de vista existencialista: lo único que podemos estar seguros es de la muerte.


Behind your shadow: Cuando el dinero es la ley, sólo queda una cosa que hacer: comprar la vida. Caminando a través de la niebla podrás ver la verdad en sus ojos. Un apretón de manos y una sonrisa,  mientras un millón de personas mueren. Este es el mundo de los que viven detrás de su propia sombra, de aquellos que buscan huir después del engaño… Quizá sea esta canción la más acelerada de todo el This seed we have sown, misma que encuentra una cercanía con los primeros discos de los suecos Graveyard. Una vez rotas las cadenas, la banda experimenta con distintas distorsiones y efectos en las guitarras, mostrándonos así que Doctor Doom está a un solo paso de volverse una banda doom y hard rock obscuro si se lo proponen. Melodía de buena energía que encuentra sus mejores momentos en sus tiempos entrecortados y la explosión de sus solos de guitarra.

At war with myself: No hay más cosas que decir, no hay nada más que hacer. Caminamos entre líneas, pero a veces la vida es radical. Llorar y sufrir no servirá de nada. La historia está escrita y no hay nada que se pueda cambiar… Un ligero respiro para observar las cosas, aunque este momento de tranquilidad se convierte en un instante amargo. Suave rock que roza con un blues de órgano Hammond hipnótico y solo de guitarra de gran sentimiento. Nuevamente los aires bluseros suecos de bandas como Graveyard, Witchcraft y Kamchatka soplan en dirección hacia una Francia melancólica y sentimientos a flor de piel.


Truth in the dark: De una sola cosa podemos estar seguros: todos tendremos un final mortal. La vida misma corta nuestras alas antes de que podamos emprender el vuelo, pero el dolor que provoca se convertirá en mi fuerza. La noche vendrá y todo lo dicho se cumplirá, así que será mejor aprender a morir… Paso a paso y minuto a minuto, la muerte se acerca a nosotros para cumplir su cometido. Aquellos instrumentos que le sirvieron de bienvenida sólo buscaban que recordáramos su eterna presencia, así que sin otro anuncio, el ritmo se transforma en un extraño rockanrolito adornado con figuras muy “progresivas” y que termina explotando en una alocada persecución  donde se lucen el solo de guitarra de Jeremie Delattre y el solo de bajo de Sebastien Boutin Blomfield.

To be continued… : Este capítulo se ha cerrado, pero la amenaza de una continuación ha sido lanzada. Es la muerte que nos cuida los pasos, que sólo se ha hecho presente para recordarnos que siempre estará a nuestro lado esperando su momento para arrebatarnos la vida sin importar lo que hemos hecho con ella… Una tenebrosa guitarra deja caer sobre nosotros sus notas, figuras que huelen a desolación y muerte. Un acorde perdido que nos anuncia que adelante sigue el camino, una invitación a esperar el siguiente paso.



Este es el This seed we have sown de Doctor Doom, nueve temas condensados en cuarenta y cuatro minutos de excelente música que toma de la mano en un sueño vintage y nos enfrenta con uno de los mayores temores del hombre: su propia muerte...