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miércoles, 30 de marzo de 2016

Lizzies : Mujeres y heavy metal


El heavy metal de la escuela clásica ha regresado con nuevos bríos, aquellos sonidos de principios de los años ochenta de rápidas figuras de guitarra y ritmos de salvajes galopes vuelven a tronar las bocinas. Pantalones de mezclilla entubados, cuero negro y playeras negras con los logotipos de la antiguas bandas se convierten en el uniforme para subir al escenario y dar la batalla. Las notas nos hacen agitar la larga cabellera y subimos la mirada para observar quienes son los culpables, pero ¡oh gran sorpresa!, cuatro bellas chicas son las que traen en sus manos el recuerdo de glorias pasadas.

Desde Madrid, España, nos llega Lizzies, una banda que recupera ese metal clásico callejero que se mezcló con la irreverencia del punk inglés al más puro estilo de gente como Iron Maiden, Judas Priest o Motörhead. Dejando a un lado su idioma propio para adoptar el natural para el género, cuatro jóvenes damas entonan melodías originales bajo el sopor del rock rápido y agresivo para hablar de la guerra, de lo maldito y de la vida del metalero en el camino y las giras.


El encuentro entre la guitarrista Patricia Strutter y la bajista Motorcycle Marina en 2010 sembró la semilla maldita de formar un grupo que tocara heavy metal conformado por puras mujeres. Fue así que tras algunas audiciones se les sumaron Lucia Xauri en la batería y Elena Zodiac en las vocales. Ya integradas en 2012, el grupo buscó un nombre que representara sus gustos y su personalidad, encontrando en la película norteamericana "The warriors" la referencia ideal de "Lizzies", una pandilla formada exclusivamente por chicas. 

Tras el girar de un demo grabado a mediados de 2012, Lizzies comenzó a sonar en distintas estaciones de radio de la capital española, logrando así tener la oportunidad de tocar en diversas salas. Gracias a su sonido, la banda decidió meterse a los estudios de grabación para editar de manera independiente su primer EP en octubre de 2013 bajo el título de End of time, una colección de cinco temas infecciosos, coros pegajosos y metal puro.


Para muestra, un botón... Esto es "Speed on the road", una rola llena de velocidad donde la Gibson Flying V de Patricia vuela con su ritmo hiriente como navaja mientras son devorados los kilómetros sobre la carretera. Más allá de la imagen que mezcla a algunas de las chicas de The Runaways con Bruce Dickinson cuando entró a Iron Maiden, la voz de Elena es agresiva y directa, sin miramiento y sin freno. El golpe de la batería es contundente, haciendo que Lucía mantenga el tiempo que la guitarra eléctrica dicta. Para complementarlo, el bajo de Marina iguala el riff principal para conformar un cuerpo robusto a la melodía que sólo es cortado por las notas "en mute" de la guitarra.


"Cerveza y las llantas quemando el asfalto. Música y lujuria sobre el camino. No hay resaca, el hígado es de acero. Noche tras noche y milla tras milla, las ruedas siguen su andar hasta el mismísimo infierno. Rompiendo las reglas, la banda nos prepara los oídos para un solo mensaje: alcohol y heavy metal..."


Para acompañar la promoción de este sencillo, Lizzies lanzó un video de la canción donde podemos observar lo que sería obvio: la banda en la camioneta y tras bambalinas mientras corren los litros de cerveza. Un videojuego o una baraja española sobre la mesa para matar el tiempo hasta llegar a la siguiente parada. Este es camino ha seguir para una banda nueva que tiene el metal como bandera, rock y carretera hasta forjar un nombre propio, alcohol y asfalto para curtirse y seguir adelante.


El esfuerzo fue bien recompensado: Lizzies comenzó a girar por su natal España y algunos países europeos, convirtiéndose en teloneras de gente como Thunder Mother, Crucified Barbara, Leather Heart o Imperial State Electric; además de grabar un nuevo sencillo titulado "Viper". Sin embargo, el camino del rock nunca ha sido sencillo, mismo que provocó la primera baja dentro del grupo. Lucia Xauri abandonó la banda a finales de 2014, pero fue rápidamente sustituida por Saray Sáez quien se estrenó con la banda en vivo tras cuatro días de ensayo.


Para este 2016, Lizzies lanzará su primer álbum completo que tendrá como título Good luck, mismo que fue producido por Ola Overkill y masterizado por Magnus Lindberg (quien ha trabajado con Black Trip, otra referencia de la nueva ola del heavy metal de sabor ochentero). ¿Qué será lo que nos presentará esta placa? ¿La intensidad se mantendrá o el sonido cambiará en búsqueda de nuevos senderos? Muy pronto tendremos las respuestas en nuestros oídos...


Cuatro mujeres que desempolvan aquel hard rock salvaje nacido entre callejones y pandillas que terminó llenado estadios por todo el mundo, metal agresivo y directo que agita las cabelleras ante desenfrenados ritmos de guitarras penetrantes y coros llenos de intensidad, música que entra al cuerpo para sacar nuestros demonios internos.



lunes, 28 de marzo de 2016

Windhand : un canto femenino desde el abismo


Un lamento se escucha desde lo lejos, un clamor de mujer que llega desde el más allá: "Yo lo sé, el abismo no es una condena. Me encamino hacia otra luna para hacer algo bueno por mí..." Miramos hacia todos lados y la negra noche no nos permite descubrir el origen de esa voz. Todo se torna lúgubre y denso, como si la muerte se acercara paso a paso sin escapatoria. Quizá sea el momento para la resignación...

Ante el calor del fuego que nos separa del manto nocturno, una guitarra se abre paso de manera reptante, cansada y aletargada. Sus notas desbaratadas sirven de anuncio para dar la bienvenida a la dama que nos habla desde su cripta. Con el deseo de salir de su urna, la misteriosa mujer nos tiende la mano para invitarnos a un mórbido viaje hacia lo desconocido, hacia aquello que tememos, hacia la nada.


Esto es lo que nos ofrece "Two urns", tema con el que abre el Grief's infernal flower, tercer disco de la banda norteamericana Windhand que fue presentado en septiembre de 2015 a través de Relapse Records. Este disco es la confirmación sonora para los de Richmond, Virginia, ya que en esta placa podemos escuchar la densidad sónica que busca golpear con nuestra alma para sacudirla y enfrentarla con la muerte, la obscuridad y lo desconocido.

Las pesadas y distorsionadas notas de Windhand recrean una lúgubre atmósfera que es difícil atravesar, un sendero sin luz donde la voz de Dorthia Cottrell entona suaves melodías que embelesan, pero como si fuera una dulce sirena, nos arrastra hacia un abismo de perdición. Las guitarras eléctricas se levantan del suelo para no permitir el paso, un monstruo sonoro de dos cabezas en manos de Asechiah Bogdan y Garret Morris. La cruda batería Ryan Wolfe no deja de golpear como si se trataran de insistentes llamados de ultratumba, mientras el bajo del recién incluido Parker Chandler termina de sumergir en el pantano toda la obra.


"Two urns" fue el primer sencillo del disco, un crudo canto desde las profundidades que insiste en salir, en hacerse escuchar y obscurecer la vida. Un pesado manto aletarga los pasos e inmoviliza de temor y duda a todo aquel que escucha la melodía. Las guitarras ahogadas en distorsiones stoners pero amarradas en ritmos pasmados herederos del doom metal, nos llevan al recuerdo de la pesadumbre que construye Electric Wizard.

Sin embargo, la voz de Dorthia Cottrell nos va arrastrando en un coro siniestro que sale de su cripta para cantarnos hasta el oído, logrando sobrecogernos hasta erizar la piel. Las agudas voces traen a la memoria a Uncle Acid & the deadbeats, pero la vocalista de Windhand logra establecer su estilo propio gracias a su tétrica dulzura, un fantasmal sonido que brota de las paredes que levantan las cuerdas de la banda, un suave aullido en medio de la nada.



Para la promoción de este sencillo, Windhand lanzó un video realizado por John Nunn y Mikael Simpson. En sus imágenes podemos observar una tétrica historia de una vidente, que al echar las cartas sobre la mesa, siente el terror y la muerte en una noche de Halloween. Con tan sólo la luna como testigo, un misterioso auto recorre las calles con cuatro chicos disfrazados, mismos que buscan crear miedo a través de la violencia. En su camino se encuentran con otros cuatro chicos que andan en bicicleta y disfrutan de un inocente jardín, pero sin saberlo, se convierten en las próximas víctimas. La persecución termina con los jóvenes arrodillados a la mitad de la calle por sus captores. La historia da un vuelco, sin embargo, la muerte termina siendo la ganadora de cualquier forma.


Como si se tratara de una vieja película de horror, el video fue promocionado con la publicación de tres carteles hechos por tres jóvenes diseñadores creadores de distintas portadas como Joshua M. Wilkinson,  Kelsey Goessman y Paul Biundo; en los cuales podemos hacernos una idea de la espeluznante trama que contiene el pequeño filme ideal para una noche de brujas. 


Windhand ya no es una promesa dentro del doom más denso, hoy es un proyecto definido con un sonido propio que ha terminado de establecerse gracias al Grief's infernal flower. Gracias a su calidad, la banda ha compartido escenario con gente como The Sword, All them witches, Sleep, Dead Meadow, Mount Salem o Jex Thoth. Asimismo, como adelanto a su último disco, lanzaron un "split" junto con los suecos Salem's Pot, motivo por el cual el grupo a empezado a sonar en Europa. Ahora es momento de sentarse y permitir que el aterrador y envolvente sonido de Windhand nos cobije con su obscuro manto, ese que logra despertar sensaciones y desentierra al alma de sus penumbras. 


viernes, 25 de marzo de 2016

Pristine : más allá de la etiqueta del blues


El nombre de la banda escandinava Pristine comenzó a circular por este lado del planeta cuando se supo que ellos serían el grupo abridor de parte de la gira europea de los Blues Pills. Ello hacía obligatorio la búsqueda sobre su música y sus credenciales, misma que provocó una gran sorpresa: cuatro músicos y una peliroja cantante con un lugar ya establecido en su natal Noruega y la presentación de su tercer disco bajo una impactante estética en la portada.

Rascando un poco más en las desérticas dunas del Internet, encontramos que Pristine es un proyecto nacido en Tromso, una de las ciudades más importantes de Noruega ubicada en el norte ártico. Dicha población se ha convertido en un lugar de residencia de muchos jóvenes gracias a sus centros de estudios, donde destacamos el Conservatorio, lugar donde estudio música y composición Heidi Solheim, voz y líder de la banda.


La banda comenzó su camino en 2006 como un proyecto de Solheim orientado a crear hard blues bajo su gusto por gente como Jimi Hendrix, Cream, The Allman Brothers Band y Led Zeppelin. Al dejar a un lado los covers para hacer sus propias composiciones, el grupo se armó de un buen catálogo con el que concursó en la Competición Nacional de Blues de Noruega, resultado ganadores de su edición de 2010. Esto les abrió las puertas para que pudieran entrar a los estudios de grabación para plasmar aquello que tenían sobre el escenario.

Para establecer dicho proyecto, Heidi Solheim reclutó a varios músicos con los que ha trabajado hasta convertirse en sus cómplices: Espen Elverum Jakobsen en la guitarra eléctrica, Asmund Wilter Eriksson en el bajo, Kim Karlsen en la batería y Anders Oskal en los teclados, quien tiempo después sería sustituído por Benjamin Mork (especializado en el órgano Hammond).


Pristine publicó en 2011 su álbum debut Detoxing, disco que le sirvió de pasaporte para participar en el "International Blues Challenge" de Memphis que organiza The Blues Foundation, misma que se encarga del Salón de la Fama del Blues. Para la edición de 2012, los noruegos terminaron como semifinalistas del concurso, elevando su reputación internacionalmente. En 2013 presentaron No regret, segundo disco de estudio que les sirvió de plataforma para formar parte del "European Blues Challenge" de 2015 realizado en Riga, Litva (Letonia), donde resultaron ganadores.

Con estos antecedentes, cualquiera podría esperar que Reboot, tercer disco de Pristine presentado en enero de 2016, sería otra colección de buenos temas llenos de blues. Sin embargo, la placa nos sorprende y ofrece otros buenos caminos sin dejar a un lado su esencia. Temas como la inicial "Derek" (un hard blues de sabores psicodélicos muy en la escuela de los Blues Pills) y sobretodo la espectacular "Don't save my soul" (de guitarra y armónica sacadas del mismísimo delta negro del Mississippi) nos hacen entender las razones por las cuales la banda ha ganado tantos reconocimientos gracias al blues. Pero Reboot es mucho más que éso...


La tercera placa de los noruegos es una excelente combinación de blues, hard rock,  pop y psicodelia que abre las posibilidades a esta banda para no encerrarse en un estilo. Teclados profundos cortesía de un órgano Hammond, guitarra y bajo en distorsiones retadoras para subir el octanaje de las melodías, una batería exacta que indica los tiempos y espacios para que la voz Heidi explote con todo su potencial. 

Para demostrar este cambio en el sonido de Pristine, compartimos "(I'm gonna give you) All of my love", primer sencillo del Reboot que fue presentado en el canal de videos YouTube por la propia banda en octubre de 2015.  El paisaje noruego de mar e islas nos recibe con una ligera guitarra que se convierte en una estridente competencia de acordes distorsionados, mismos que sirven de entrada para un poderoso bajo de notas contenidas. Heidi Solheim aprovecha el momento para cantar con su voz directa y sin freno una declaración de amor total que define y conquista sin miramientos.


Mientras el bajo de Asmund satura las bocinas, la Gibson Les Paul de Espen realiza un espectacular solo de acordes sostenidos y juegos de feedback que uno desearía que duraran mucho más. Las cuerdas vocales de Heidi se exprimen para estar a la par con el frenético final de la canción. "All of my love" nos enseña las nuevas posibilidades que la propia banda ha abierto para sí misma, más allá del excelente blues que saben hacer y más allá del público que ya han logrado cosechar. El futuro está en sus manos y su Reboot lo demuestra...


miércoles, 23 de marzo de 2016

Black Mountain : unos viejos colmillos que rompen las ataduras


La boca abierta de un gran tiburón blanco nos da la bienvenida. Observamos bien y la onírica imagen se ve refleja sobre un paisaje contradictorio que mezcla lo urbano y lo natural. Los viejos colmillos saben bien lo que buscan, así que no importa el lugar donde se encuentren. ¿Acaso estamos preparados para enfrentar lo inesperado?

Escuchar a Black Mountain es confrontarse con momentos de esquizofrenia, atmósferas electrónicas e instantes acústicos. Una marea de géneros de difícil digestión terminan desubicando a los oídos menos entrenados. Pista a pista, la sorpresa puede hacer abortar la misión de aquel aventurado que se arriesga a surcar las enrarecidas aguas de cada uno de sus cuatro producciones. Por lo pronto, lanzamos un anzuelo con la intención de pescar la atención de algún incauto.


Black Mountain nació en Vancouver, Canadá como una continuación musical de tres miembros de una banda llamada Jerk with a bomb. Stephen McBean en las guitarras, Joshua Wells en la bateria y Amber Webber en las voces se embarcaron en un nuevo proyecto que rompiera con etiquetas, teniendo como límites extremos a Black Flag de un lado y a Black Sabbath del otro. Integrándose Matt Camirand, las maquetas de la banda se llenaron de riff más pesados, pero al unirse su compañero de cuerto, el tecladista Jeremy Schmindt, las barreras se derrumbaron.

Algunas canciones nos pueden llevar desde la acidez psicodélica hasta el rock alternativo de los noventas, pasando por el stoner, el grunge, el hard rock vintage o el krautrock progresivo lleno de teclados. Si ello le sumamos la combinación de voces masculinas y femeninas hechas por el dúo McBean - Webber, las posibilidades de Black Mountain se multiplican sin fin.


Quizá el disco que guarda una mayor unidad sonora es el Wilderness heart, placa publicada en septiembre de 2010 por Jagjaguwar Records. En él podemos degustar un sabor dirigido hacia lo retro, donde las guitarras acústicas folk se entremezclan con riff rockeros muy setenteros, las guitarras marcan ritmos entrecortados mientras los teclados se acercan a aquellos ácidos de la psicodelia, y las voces que entonaron estrofas de manera separada, se acompañan en los coros como forma de reconciliación y encuentro contra las ataduras de lo establecido.

La canción que rescatamos del olvido es "Old fangs",  una rola de guitarras de figuras sostenidas y teclado penetrante muy a la Deep Purple. De  la nada, entre las lineas de las estrofas se entrometen algunos sintetizadores y el estribillo termina perdido en la llamada "música alternativa" de los años noventas. Aunque suene extraño ese encuentro, la melodía termina cuajando en un tema de colores variados bajo un halo de agresividad y deseo de rompimiento, lo que la convierte en una extraña delicia.


"Cuando el sol es eléctrico y sus destellos son la única forma de atravesar el corazón, ¿acaso es seguro para los cobardes hacer lo que están haciendo? Cuando llegue la gloria y tome la forma que todos deseamos ¿acaso es tonto saber lo que se quiere antes de hacerlo? Estas son las sangrientas visiones de un mundo desgarrado, a punto de quemarse... No sé ustedes, pero yo no estaré atado por siempre"

Con un video por Mick Bruce, Black Mountain promocionó "Old fangs", convirtiéndolo así en un sencillo. Bajo un estética muy vintage, en sus imágenes podemos observar el correr de un Mustang clásico sobre polvorientas sendas. Mientras el asfalto es quemado por el sol y el correr de las llantas, un encuentro místico se acerca a cada milla avanzada. Tres misteriosas mujeres se interponen en el camino para mostrar con su bola de cristal un ave de mal augurio. Una hermosa mujer vestida sube al automóvil, pero su fastamagórica presencia torna el viaje hacia pasajes extraños, quizá mágicos. El mundo de los sueños se mezcla con el de la brujería, creándose así la atmósfera ideal para un ritual donde se entregará el cuerpo y el alma.


Tras la presentación del Wilderness heart en 2010, Black Mountain desapareció por completo hasta que en 2015 se re-editó su álbum debut por los diez años de su lanzamiento y, para sorpresa de muchos, a través del Facebook de la banda se publicaban fotos de ellos nuevamente en los estudios de grabación. Su cuarto disco de estudio saldrá a la venta el 1° de abril y llevará el nombre de IV, pero por los videos que se han publicado a través de YouTube, podremos escuchar a unos Black Mountain más experimentales gracias a su trabajo con los sintetizadores, mismos que recrean ambientes místicos, progresivos y muy ácidos. Habrá de abrir a percepción y esperar las sorpresas auditivas, dejando los prejuicios a un lado y permitiendo que la banda nos ofrezca algo totalmente nuevo.



lunes, 21 de marzo de 2016

Black Moth : una mariposa nocturna condenada a la esperanza


Muchas bandas se han colgado de la tendencia por recuperar el viejo hard rock y las bases del metal para hacer nueva música, misma que ha quedado enfrascada entre el ocultismo, el doom y el eterno tributo a Black Sabbath. A ello se le ha sumado el gancho de colocar a bellas mujeres al micrófono, no todos con el mismo resultado. Sin embargo, hay algunos grupos que rompen con este cliché sin dar la espalda del todo a sus influencias musicales.

Uno de esos casos es Black Moth, banda originaria de Leeds, Inglaterra y que tiene formada desde 2010. Algunos sencillos y dos discos completos avalan su trabajo al día de hoy. Nacidos primeramente como The Bacchae, el grupo se convirtió en un quinteto que suma a su sonido el básico hard rock setentero, la profundidad grave del primer doom y los primeros pasos del metal en una mezcla con los sabores del llamado rock alternativo de este siglo. Aunque pudiera enfrascarse dentro de la camada vintage que rescató al heavy metal del olvido, Black Moth logra desmarcarse al imponer un estilo propio.


Con el concepto musical logrado en su segunda placa, el Condemned to hope de septiembre de 2014, Black Moth estableció un sonido pesado que no sacrificó la identidad de cada uno de los instrumentos, melodías con distintas atmósferas que lograron desarrollar diversos paisajes sónicos para no quedar atados a un "género", poderosas presentaciones que respetaban la calidad de las grabaciones de estudio y extrañas líricas sobre misticismo, drogas o enfermas relaciones amorosas.

Para muestra, un botón... el tema inicial del disco, "Tumbleweave", es una poderosa canción donde fácilmente podemos identificar dos momentos: a) Cuatro golpes dan entrada a las guitarras de Jim Swainston y Nico Carew para combinarse y entonar un fuerte riff que en sus venas lleva poder y coraje, aunque a la vez le permiten que la voz de Harriet Bevan cante de manera melódica, suavizando el sonido pero sin demeritar en el ritmo; y b) La melodía cambia completamente de estructura  para regalarnos un juego de escalas descendentes que son mantenidas por el denso bajo de Dave Vachon y los remates de la batería de Dominic McCready, aunque sin esperarlo, se abre paso una guitarra llena de "metal zone" y un solo temeroso se deja oír unos cuantos segundos.


La calidad sonoro que nos dejan Black Moth en las bocinas no es de gratis, pues en dicho ruido se pude escuchar la mano de Jim Sclavunos, quien además de ser baterista de Nick Cave and the Bad Seeds, produjo este disco para hacerlo redondo, poderoso y bien definido. Su trabajo ya había sido probado con bandas importantísimas como The Cramps y Sonic Youth, lo que se ve reflejado en los detalles "noise" noventeros que terminan de cerrar el círculo junto con el hard rock de riffs a la Black Sabbath que maneja la banda.


Por si fuera poco, la portada del disco nos regala a la vista una misteriosa procesión en ascenso entre montañas nubladas y aves de rapiña que esperan su oportunidad.  Esta imagen es otro de los grandes trabajos del dibujante Roger Dean, conocido por hacer el arte para distintas bandas del hard rock  y progresivo como Yes, Uriah Heep, Budgie, Atomic Rooster o Asia.


Una de las mayores críticas para el Condemned to hope son sus líricas, letras con extrañas frases que terminan desubicando a cualquiera que preste atención en ellas. "Tumbleweave" mezcla la pasión musical, la violencia y hasta la comida para hablar de una relación de pareja "ideal", conceptos que son muy extraños escuchar en una música que bebe del doom y el hard rock. La propia idea del estribillo que le da nombre a la canción puede resultar fuera de contexto (hasta asqueroso para algunos), pues cantar la extraña plegaria a un mechón de cabellos para que se entregue a una hermosa mujer puede dejar en shock. Para algunos puede resultar una broma, para otros un juego de metáforas, para otros simplemente un conjunto de palabras mal empleadas... lo que nadie puede es que nuestra atención es atrapada mientras la música no golpea sin cesar.

"Your eyes say rock n' roll
but your breath says peperonni
Baby, you're the one for me..."


Para demostrar de lo que estamos escribiendo, compartimos con ustedes una versión en vivo de "Tumbleweave", la cual fue grabada en Camden's Barfly de Londres para un programa de radio llamado Xposure, pero que a su vez sirvió como primera probada del Condemned to hope al público a través del video. La disquera New Heavy Sounds subió a su canal de videos en YouTube dicha presentación para llenarnos los ojos y los oídos, logrando hacernos preguntar por la banda.


Más allá de las críticas a Black Moth, su calidad musical es innegable, razón por la cual ha sido banda de soporte para gente como Pentagram, Uncle Acid & the dead beats, Red Fang y Turbowolf. La presencia de Harriet Bevan en el escenario genera un equilibrio entre la fuerza de los guitarrazos de un grupo de greñudos y voz pasmada que nos sumerge en bizarras historias que necesitan masticarse en más de una ocasión. Comparados con grupos tan distantes como Electric Wizard y Band of Skulls, Black Moth nos hace mover la cabeza con los ganchos que tienen sus riffs y nos hacen escuchar otro hard rock de recuerdo vintage, uno que tiene en sus venas la sangre de lo mejor de épocas más recientes.



viernes, 18 de marzo de 2016

Holy Grove : blues y doom bajo el manto de un bosque sagrado


El día de hoy, 18 de marzo de 2016, Heavy Psych Sounds publica el álbum debut de Holy Grove, banda que durante un par de años ya había hecho ruido en el circuito de bandas de hard rock de sonidos mastodónicos. Saturando las bocinas con acordes densos y las melodías de una fuerte mujer, es imposible perder la pista de este lanzamiento.

Notas graves que hacen retumbar las paredes, riffs de guitarra en distorsiones crudas, golpes de batería secos y directos que rompen el muro de sonido, y una voz que nos toma de la mano para introducirnos a un obscuro mundo de misticismo y magia natural. Guitarra Gibson SG, bajo Rickenbacker y batería Ludwig creando una barrera sonora que sólo una voz femenina puede atravesar.


Holy Grove nació en enero de 2012 con la intención de tocar rock de altos decibeles y tonos profundos, encontrando en una de sus propias canciones, el nombre ideal para expresar su sonido. Portland, Oregon tan sólo fue un punto de encuentro, ya que sus distintos integrantes nacieron en otras partes de Estados Unidos y llegaron a esta ciudad del Pacífico norte. El guitarrista Trent Jacobs llegó desde Idaho, el bajista Gregg Emley es originario de San José California y la vocalista Andrea Vidal se mudó de Massachusetts a Boston y de ahí a Portland.

Estos tres chicos se conocieron gracias a Craig Bradford, quien fuera el primer baterista de la banda, pero Holy Grove no ha tenido mucho suerte con los bateristas, ya que tras su salida estuvo con ellos Ryan Northrop, y desde diciembre de 2015 a Adam Jelsing. Por si fuera poco, la banda originalmente era un quinteto, ya que tenían a un segundo guitarrista en las manos de Sam Boggess, quien salió del grupo en 2013.


Con la publicación de Holy grove, la banda no solo tiene una plataforma con la cual mostrar su trabajo durante de estos años, sino que también la placa les ha servido para establecer su sonido, mismo que fue cuidado con la producción de Billy Anderson, quien ha trabajado con gente del tamaño de Sleep y The Melvins.

¿Qué podemos escuchar con esta banda? Holy Grove es una banda navega entre el hard rock de orígenes bluseros, la fuerza del doom que se acerca al metal y la distorsión sonora del stoner rock californiano. Estos sonidos los podemos distinguir gracias a los gustos e influencia que tiene cada uno de sus miembros: Trent escucha desde Led Zeppelin hasta High on Fire, Andrea adora la música obscura de los años ochentas (Sisters of Mercy, obviamente) y Gregg comenzó a tocar el bajo tras ver a Cliff Burton de Metallica, aunque su estilo terminó más cercano con la brecha que existe entre Black Sabbath y Electric Wizard.


Escuchamos la canción que le da nombre al disco y a la banda para toparnos con una joya. Místicos ecos abren paso a un reptante bajo que se arrastra entre solitarias criptas, sobre el suelo húmedo de un extraño bosque. La guitarra repite la figura de manera escuálida, tenue y temerosa, pero de la nada las bocinas se atascan con su distorsión hasta llevarnos a un ambiente doom setentero. Los acordes bajan su potencia y le permiten a Andrea que entone una melodía de tintes hard blues que llevan al delirio. La guitarra encuentra algunas grietas para explotar en espectaculares solos de guitarra donde el pedal wah hace volar a cualquiera.


En junio de 2014, la banda tuvo la oportunidad de tocar en los estudios Noise Cellar y de ser filmados por Chris Mathews, Jr., imágenes que fueron subidas a YouTube por medio del canal del productor. Gracias a la difusión de estos videos, Holy Grove se dió a conocer en muchos más lugares, despertando así la curiosidad por ellos además de abrirles las puertas a distintas disqueras que deseaban tenerlos en su catálogo. En lo que el grupo decidía qué hacer con su futuro, las imágenes nos mostraron el poder de la banda en vivo, su capacidad de improvisación y su calidad sonora que no menosprecia el trabajo en estudio.


A partir del día de hoy, no será raro escuchar recomendaciones sobre este pedazo de disco, mismo que llama la atención por su fuerte sonido, la calidad vocal de su mujer en el micrófono y hasta por el arte que lo acompaña. La portada fue hecha por el artista gráfico Adam Burke, quien ha realizado distintos trabajos para gente como Ancient Warlocks, Sons of Huns, The Golden Grass o Danava. Una aurora boreal se postra sobre un bosque, una animación de fuertes colores que nos sumergen en un misterioso universo natural de magia y obscuridad. La noche cósmica se postra sobre el bosque sagrado... ahora es momento que la música nos transporte a ese lugar.




miércoles, 16 de marzo de 2016

Seremonia : entre los prejuicios del rock y la mujer


Desde que el rock nació, las creencias y las negras leyendas se posaron sobre él. Vicios, demonios, sexo y muerte nublaron su horizonte gracias a su asociación con la rebeldía y su cercanía con la juventud. La búsqueda de la libertad y el rompimiento de las reglas establecidas hicieron de este género musical algo mal visto y de origen diabólico. Si a esta ecuación le sumamos el hermoso elemento llamado "mujer", todo se torna maldito. 

Lo femenino visto como símbolo del pecado y la perdición, no podía estar lejos del rock. La tentación llegó de la mano de la mujer, ella es la culpable de que no gocemos del paraíso y estemos en eterno sufrimiento en este plano de la realidad. Si la música puede convertirse en un medio para la liberación del dolor (aquel castigo eterno impuesto por Dios), quizá en manos de la mujer podría convertirse en otra mala jugada de Satanás. El rock, como hijo bastardo del blues, conllevó en su electrificación el rompimiento con lo natural, con lo otorgado y con lo sagrado. Mujer y rock conllevan la obscuridad, la maldad y lo prohibido.


Estas ideas fueron utilizadas por Seremonia para componer su primer sencillo, el cual fue presentado en julio de 2012 y que formó parte del álbum debut de la banda, al poco tiempo publicado. "Rock 'n rollin maailma" es una afrenta a la sociedad y su paradigma, una crítica a los prejuicios, un canto hecho por una mujer, un sacrificio a Lucifer donde el rock es el vehículo ideal, un himno lleno de maldad, vicio y obscuridad.

Seremonia una banda originaria de Finlandia que utiliza la acidez psicodelia sesentera, el hard rock setentero de sabor doom y las ideas musicales del metal y rock progresivo escandinavo. Cantando en su idioma natal, este grupo nos sumerge en el obscuro mundo de lo prohibido, en un abismo de lamentos y sacrificios que no hacen otra cosa más que retar lo establecido y romper las reglas de la moral. 


Música hipnótica de guitarras fuzz y notas de bajo penetrantes que nos traen al recuerdo a viejas bandas garage como The Sonics o Los Peyotes, pero a diferencia de los ritmos frenéticos de dichas bandas, la velocidad baja hasta lúgubres paisajes sonoros que buscan refugio en la eterna obscuridad de la noche. Tétricas voces femeninas entonan melodías como si un coro de monjas satánicas recitaran oraciones y cantos malditos. Almas en abandono que con furia reclaman su lugar, cuerpos que sin miedo se entregan a lo desconocido en una danza demoníaca de reto y desenfreno.


Noora Federley lidera el conjunto de voces endemoniadas, que como maestra de ceremonias, controla y dicta las oraciones sobre las melodías construidas por su esposo Ville Pirinen en la guitarra, Erno Taipale en la batería y Ilkka Vekka en la batería. Para su primer disco, contaron con el trabajo de ingeniería de sonido y mezcla de Teemu Markula, quien terminó integrándose al grupo como segunda guitarra y teclados. 


"Sabbath, Deep Purple y Led Zeppelin se escuchan entre humo, pastillas y vino barato. La música y el vicio se convierten en una puerta de emergencia contra el conflicto, la familia y las reglas. La fe y la esperanza se ha perdido, no hay salvación. ¿Cuál será nuestra última morada: el manicomio o el cementerio? Todo tiene un lado obscuro y este es el momento de enfrentarlo. Lucifer necesita un sacrificio mayor, y ante un pentagrama pintado en las paredes, se ofrece finalmente el alma. El círculo se cierra: rock n' roll, drogas, crimen y muerte". 

Como parte de la promoción de la banda, se lanzó el video de "Rock 'n rollin maailma" dirigido por Sami Sänpäkkilä, mismo que busca contar una historia muy cercana a las líricas de la rola. Una joven coloca un disco de 45 rpm. y en las bocinas se escuchan las guitarras ahogadas en fuzz. El alcohol entra en el cuerpo de la menor y el éxtasis por la música se hace presente. Una segura discusión con sus padres motiva el escape de su casa para buscar la experimentación y la satisfacción del morbo. Un extraño joven invita a la chica a un ritual, donde los miembros de Seremonia desean entregarla como sacrificio al maligno. Ella logra huir, pero su destino está escrito.


Gracias a su primer disco, Seremonia ha logrado hacerse de un lugar dentro de la escena escandinava, lugar donde se ha librado de la tentación de cantar en inglés, pero que a la vez no le ha permitido su difusión en otras partes del mundo. Con la presentación de Ihminen en 2013 y Kritalliarkki en 2015, todos por medio de Svart Records, la banda ha consolidado su estilo hasta ser la más importante de su género en Finlandia, llevándolos a compartir escenario con gente como los suecos Witchcraft. Psicodelia y doom por medio de una voz de mujer se escuchan tentadores, quizá sólo nos falte romper el miedo que produce la barrera del idioma para disfrutar en plenitud esta cachetada a lo establecido y convencional.


lunes, 14 de marzo de 2016

Psychedelic Witchcraft : la obscuridad, la magia negra y una mujer


Fue en el año de 2015 cuando nos enteramos de un nuevo proyecto nacido en Italia, una idea musical que recurría al occult rock y a la estética de las películas de horror de los años setentas. Dos videos comenzaron a compartirse en las redes sociales hasta despertar el interés de críticos y el gusto de fanáticos de la música vintage. Sin embargo, la búsqueda orientaba sus pasos a una sola responsable: Virginia Monti.

La chica originaria de Florencia siempre estuvo envuelta de música en su vida. En su niñez creció entre discos de Cat Stevens y Simon and Garfunkel; pero al encontrarse con el fundamental Led Zeppelin II, su gusto musical giró hacia el blues eléctrico y la vieja psicodelia de la mano de Janis Joplin, Jeffersson Airplane, The 13th Floor Elevators y The Jimi Hendrix Experience. Su primer acercamiento formal con el canto se hizo por medio del jazz y su gusto por gente del nivel de Billy Holiday y Dina Washington. Un día se decidió a escribir su primera canción de rock, y a partir de ese momento, su vida cambió completamente.


Inspirada en la película de horror de 1970 Blood on satan's claw, Virginia escribió una canción que diera voz a una mujer que en su ser encierra una contradicción: la belleza y la maldad. "Angela" fue un tema concebido como parte de un proyecto solista, mismo que fue lanzado en enero de 2015; pero gracias a la excelente recepción que tuvo, Monti buscó a un grupo de músicos para conformar una banda y seguir sobre esa orientación musical. Este sería el inicio de Psychedelic Witchcraft.

Gracias  al sencillo "Angela", Virginia Monti había encontrado el camino: crear riffs en la guitarra inspirados en su gusto por las bandas de psicodelia de los 60's y hard rock setentero, para luego componer líricas que hablaran de los sentimientos humanos utilizando como metáfora el cine de terror y suspenso (del estilo de Jess Franco, Mario Bava o Roman Polanski), su gusto por el mundo obscuro de la magia negra, la lectura del tarot y el ocultismo (ella es fanática de leer antiguos libros sobre hechicería y la obra de Aleister Crowley) y algunos chispazos de filosofía (en sus estudios universitarios de cinematografía, tuvo la oportunidad de revisar los textos de Kant y Schopenhauer). Una vez con la estructura armada, las canciones se arreglaban con los músicos que formaran parte de su banda en ese momento dentro del estudio de grabación.


Fue así como se pudieron crear las canciones que forman parte del EP Black magic man, disco presentado en julio de 2015 por medio de Taxi Driver Records y reeditado con dos temas en octubre del mismo año de la mano de Twin Earth Records. La estrategia de Virginia Morti de comenzar a publicar su música a través de pequeñas disqueras era darse a conocer en su natal Italia y comenzar a hacer ruido en Internet de la mano del canal de videos YouTube y las distintas páginas de redes sociales.

Gracias a este plan, los videos de "Angela" (con una colección de fotos fijas de películas de terror setenteras, pentagramas y craneos) y "Black magic man" (canción llena de resentimiento por el término de una relación amorosa que nos muestra imágenes de la cinta "She killed in ectasy" de Jess Franco y su musa Soledad Miranda) comenzaron a llenar los oídos y la mirada con una nueva propuesta cercana al occult rock. Asimismo, poco a poco se dió la oportunidad para que la banda tocara en festivales organizados por las disqueras, compartiendo el escenario de esta manera con gente como Elder, Dead Lord, The Vintage Caravan y Mos Generator.


Si uno presta atención a cada rola que ha sido publicada, claramente se puede escuchar un cambio en el sonido y el estilo dentro de la propuesta de Virginia Monti. Sus primeras composiciones se escuchan acústicas y hasta inocentes en su construcción musical, rescatando la intención de crear líricas que sacudan al receptor. Sin embargo, en muy poco tiempo las melodías fueron subiendo de intensidad y acidez hasta el nivel de mostrar atisbos de aquel hard rock que originó al doom setentero, aunque también se puede detectar cierto sabor a las actuales bandas vintage que comandan el horizonte roquero (Virginia confiesa su gran gusto por los norteamericanos Orchid y por los españoles White Coven).

Para el mes de octubre, Monti regresó a los estudios para grabar lo que será su álbum debut. Con la intención de alcanzar este nuevo objetivo, la florentina se juntó con una serie de músicos que le dieran forma y estabilidad a su Psychdelic Witchcraft en el cuarto de producción y en las presentaciones en vivo: Jacobo Fallai en la guitarra, Mirko Buia en la batería y Ricardo Giuffré en el bajo.


El año nuevo de 2016 nos recibió con la noticia que Psychdelic Witchcraft firmaba con Soulseller Records para publicar su primera placa, la cual llevaría el título de The vision. En palabras de la propia Virginia, dicho disco busca ser la primera parte de cuatro álbumes que representen los cuatro elementos fundamentales: agua, viento, tierra y fuego. En esta grabación se vive el fuego, una conexión entre energía y fuerza que destruye para dar paso nuevamente a la vida, este el espíritu del inicio y la creación.

Por lo que se ha filtrado en internet, The vision es un cambio de aires para a banda italiana, un trabajo donde las bases musicales se fijan desde un punto musical muy distinto a lo mostrado por Monti y los suyos. Este disco mantiene su gusto por el hard rock setentero, pero su soporte se encuentra en los primeros momentos del doom y el blues eléctrico. La velocidad es reducida en intensidad, pero el sentimiento aflora en cada poro hasta llevarnos a lúgubres caminos de densa neblina y magia negra.


La primera probada a The vision es "Magic hour blues", una lenta melodía de guitarra bluesera que arrastra sus acordes como si se tratara de un grillete en el tobillo. La voz de Virginia se escucha imponente... es un clamor entre la neblina, un grito en la obscuridad que termina convirtiéndose en una vela carmesí que nos muestra una posible salida. Sin grandes efectos de sonido ni trabajo de estudio, este sencillo nos muestra al  Psychdelic Witchcraft más crudo, aquel que ofrece un tributo a sus orígenes e influencias.


"Cierra tus ojos y abre tu mente. Esta es la mágica hora cuando se reúnen los espíritus de la rebelión. El fascinante señor de la luz se muestra ante nosotros porque éste es el final del camino, el final de los días. El infierno nos está esperando..."


The vision será publicado hasta el 29 de abril de 2016, y lo único que provoca "Magic hour blues" es despertar el deseo por escucharlo por completo ahora mismo. La sorpresa por la maduración musical alcanzada por Virginia Monti tras un año de hacernos partícipes de su proyecto es como si hubiera buscado un cruce de caminos para vender su alma al diablo, aunque ésta arda en sus fuegos eternamente. La senda tomada por Psychdelic Witchcraft nos muestra un sonido más profundo y más arriesgado, decisión que podemos agradecer por el arrojo hacia la obscuridad y lo oculto, una visión hacia lo desconocido y una visita al mundo mágico de lo prohibido.